domingo, enero 25, 2009

EL VASO DE LOS SEGADORES Y EL TRIUNFO DE LA VIDA.

AGIA TRAIDA, GRECIA. Esteatita, 34, 3 cm. 1550-1500 a.C.

Hace un par de años leí la descripción de una vasija minoica en un libro de arte o en alguna página de internet ayudando a una amiga a realizar un trabajo sobre la cerámica en la historia. En otras ocasiones había oído acerca del concepto presente, entre los historiadores, acerca de las pequeñas civilizaciones meditarráneas. Parece ser que en los últimos tiempos y gracias a los lentos pero continuados hallazgos arqueológicos se tiene una concepción vitalista de algunas de aquellas. Quizás es fruto, como es habitual, de la interpretación que nos otorgan los arqueólogos que no pueden apoyarse más que en visiones borrosas y en su propio buen criterio sin poder escapar de las influencias de parámetros de su época, en un oficio obligado a retractarse constantemente, pero hoy por hoy se nos ofrece una visión tan bondadosa de aquellas vidas, alejadas de nosotros entre montañas de siglos, que como ejemplo y sugerencia para un futuro mejor es perfecto. No creo que estén muy alejados, a la vista de algunos preciosos ejemplos, sin olvidar las condiciones de vida de aquel mundo antiguo. Pero es aquí donde el arte refleja en parte el ánimo de aquella sociedad. Habría que preguntar a los esclavos, si es que en Creta los había; ya que entre los etruscos parece que apenas se diferenciaba el estatus entre géneros todo es posible. Con cuidado, pero tanto la arqueología como muchas publicaciones necesitan seducir al lector y a la opinión pública (dolencia crónica de nuestra sociedad). Me despido en medio de este ataque de prudencia (cinismo si lo preferís), pero os presento esta vasija para que disfruteis de ella como yo lo hice al reunir la imagen de alegres segadores que elaboré al leer aquella descripción en un párrafo y la imagen que me reveló una revista de viajes dedicada a Creta. En medio de grandes imperios donde prosperaba la imagen de la eternidad para compensar a esclavos y funcionarios de que entregaran su trabajo y sus vidas a construir el poder, había islas donde el alcance de una vida era suficiente para suspirar y celebrar la existencia hasta el fin de ésta, como olas en un mar inmenso de armonía.

Dedico esta entrada a aquella amiga que estudiaba la historia de la cerámica.



1 comentario:

Anónimo dijo...

GRACIAS !! La vida es un gran tesoro que cada uno debe disfrutar como mejor entienda y los minoicos, por lo que nos cuentan la vivían con sencillez , humildad y alegría. El conocimiento de la historia nos da pautas de las distintas visiones y valores de culturas pasadas. Ojalá para seguir evolucionando extrajéramos lo mejor de cada una de ellas para así construir un mundo con mayor tolerancia , pero me quedo con tu ultima frase" celebrar la existencia hasta el fin de esta, como olas en un mar inmenso de armonía"

La sal de la vida.