GALERÍA: LUCIO BUBACCO

Claro que es pornografía, y ¿por qué no?. Lucio Bubacco no sólo pone al rojo la vara de soplar. Pone en la mesa los pequeños vicios, la esencia de la codicia que hemos convertido en pequeñas cucarachas, pequeños bichitos que se esconden y que se alimentan de las migajas que caen de la mesa grande; la mesa del marqués de Sade, de los Borgia o de Madame Pompadour, yo qué se.

Digamos que son esas pequeñas porquerías que nos repelen y espiamos al tiempo. Bubacco juega en lo más profundo de la lujuria arañándola con un fino estilete de cristal de Murano, (llamado también "cristal dulce") haciendo gala de una destreza y minuciosidad asquerosas, la verdad. Y trabajando un material que, por si fuera poco, es igual de inestable que la entrepierna:"el cristal" (nuestro hermano de horno). Hace que broten de éste, como en una zarza, racimos de ángeles y demonios, putas y carnavales, cisnes y pollas...

Nació en el 57, en Murano, hijo de un destacado profesional del vidrio que lo llevó con él en sus viajes. A los 15 años recibe la licencia de artesano. Su trabajo intenta trascender el concepto convencional de la artesanía en cristal. Le apasionan el dibujo y las figuras humanas y animales.

Ángel y demonio creando.

Soy consciente de que puede ser la mejor o la peor entrada para iniciar el fin de semana, pero mirad, hay que enfocar el otoño con optimismo.