Esta figura de cerámica, de dos metros y siete centímetros, fue encontrada en la localidad de Miraflores, al pie del volcán Popocatepetl. De su collar de escamas penden tres campanas cónicas cuyos badajos tienen forma de hueso. En su día estuvo policromada de pigmento negro del que aún se hallan restos. En el México prehispánico, el culto al dios Murciélago comenzó hacia 500 a.C.
Sus representaciones abundan en esculturas de piedra, urnas de cerámica, pinturas, códices o topónimos. Recibe diferentes nombres según las distintas lenguas: tzinacan, náhuatl; zotz, maya; bigidiri beela, bigidiri zinia, “mariposa de carne”, zapoteco; ticuchi léhle, mixteco; thut, huasteco; nitsoasts, pame del norte; ntsúats, pame del sur; tsat’s, otomí (estas últimas lenguas de la Sierra Gorda); tsoats, otomipame (Bartholomew concluye que esta acepción es un préstamo maya).
Según cuenta un mito, tzinacan nace del semen y la sangre derramados por Quetzalcóatl en uno de sus autosacrificios. Es enviado entonces a que muerda el órgano genital de la diosa Xochiquétzal, y una vez que se lo arranca, lo entrega a los dioses, quienes lo lavan, y de esa agua nacen flores olorosas. Luego lo llevan al inframundo y ahí Mictlantecuhtli, señor de los muertos, lo vuelve a lavar y de esa agua nace el cempoalxóchitl, flor de los muertos.
Es “el animal que despedaza y desgarra, que arranca cabezas”, según Eduard Seler en su interpretación del Códice Borgia, y es uno de los “demonios” animales en que abunda el panteón mesoamericano. Los códices mayas lo muestran sosteniendo en una mano el cuchillo de los sacrificios, mientras que en la otra tiene a la víctima.
También es el patrono del cuarto mes del año maya o
uinal. Para Seler, los animales destrozadores, que a su vez están relacionados con los cuatro rumbos, son: murciélago, genio del Este;
océlotl —jaguar—, genio del Norte;
acipactli —animal que ocasionalmente se describe con toda claridad como un pez espada y que otras veces es representado como un mítico monstruo de agua—, genio del Oeste y
cuautli —águila—, genio del Sur.