A estas alturas yo creo que más o menos ya hemos recogido todo el material gráfico del encuentro de NAMASTÉ en Nigrán que nos ha sido posible. Si alguien puede aportar algo más que me lo envíe, o me lo haga saber, a mi correo de
yorchpc@hotmail.com. Nos falta por ejemplo algo de vídeo acerca de la representación de marionetas, sombras chinas y, sobre todo, las marionetas gigantes del final (con la música que las acompañaba). Es una pena que no tengamos registro de ello. Cualquier otro vídeo de las jornadas también sería agradecido con creces.
Todo ello formará parte de un montaje que editaremos a principio del año entrante, ya que nuestras ocupaciones respectivas no nos han dejado tiempo disponible para reunirnos. Gracias a todos por las aportaciones realizadas, y las futuras (si han de venir).
Dicho lo cual parece que hemos completado el
Álbum de NAMASTÉ, y por tanto vamos a comenzar (tanto es el vício que le hemos agarrado al tema) otro
Álbum de RAKU EN NIGRÁN. Así que ya que sabéis el procedimiento ya podéis rebuscar en vuestros archivos de foto. El Rakú en Nigrán está coloreado por rasgos personales y bien diferenciables. La verdad, el espíritu con que se enseña cerámica en el Val Miñor es también especial. Confluyen los elementos más idóneos para el aprendizaje: libertad, diversidad, ambiente, economía, creatividad, participación, esfuerzo y convivencia. Miguel Vázquez se encarga en Vigo de que ello marche y Emilia Guimeráns en la susodicha Nigrán.
Digamos que lo mismo que se hace una sardiñada al aire libre sin mucha complicación (nunca en el monte, que ya hemos tenido suficiente), reunidos los amigos y sin mucho protocolo, así se desarrolla el Rakú en la escuela municipal de cerámica de Nigrán, con los medios mínimos y, para ello, más que suficientes. Visitado por amigos y conocidos, con la participación imprescindible de los más pequeños, con abasto de los mañosos en cocina y aportaciones para la libación y el refresco; el famoso y mítico quemador asombroso de Miguel Vázquez, y el trabajo y participación de todos en el proceso. El que traiga consigo una pieza de barro podrá decorarla “in situ” con esmaltes de Rakú y llevarse a casa un resultado y un recuerdo.
Llama la atención, sobre todo, cómo la simpleza del proceso y la falta de reglamento, que no de método, implica a todos sin distinciones en vez de convertirlo en una ceremonia de oficiantes y auditorio. Intentarémos reflejar todo ello en este Álbum. Espero que lo difrutéis y participéis en lo posible.