Desde la prehistoria el hombre ha utilizado el barro para fabricar vasijas de todo tipo destinadas entre otras cosas a guardar el agua y sus alimentos, entre ellos el botijo.
El botijo ofrece servicios efectivos para la modernidad ecológica donde muchos aspectos se relacionan de forma directa con el funcionamiento de la física, la termodinámica, condiciones climáticas y medioambientales, la eficiencia energética, la eco efectividad.
El botijo es una forma popular y barata de enfriar el agua sin electricidad. Se puede definir como una vasija de barro cocido a baja temperatura, lo que significa que será poroso, destinado a contener agua para beber que por efecto de la filtración y evaporación se mantiene fresca.
Hoy en día la mayor parte de los botijos son vendidos por su valor artesanal y no por su utilidad practica. De echo hay muchos que se venden con vidriados o esmaltes no permitiendo así la evaporación y refrigeración del agua dentro del botijo, por lo que es conveniente que el botijo no este vidriado para que así el barro mantenga toda su porosidad si queremos utilizarlo.
El funcionamiento del botijo es muy sencillo. Se basa en la refrigeración por evaporación, el agua del interior se filtra por los poros de la arcilla y en contacto con el ambiente seco exterior característico del clima mediterráneo se evapora por esos minúsculos agujeritos. Pero para pasar al estado gaseoso el agua necesita energía (calor) y esta puede tomarla del ambiente, pero también del liquido que hay en el interior , bajando así su temperatura, según las circunstancias hasta unos 10º menos.
Este efecto podemos notarlo en diferentes situaciones: cuando se riegan las calles en verano para refrescar el ambiente, cuando nos ponemos una compresa mojada sobre la frente para disminuir la fiebre o cuando sudamos y al evaporarse el sudor refrigeramos nuestro cuerpo.
El agua es un ávido consumidor del calor por eso es agente refrigerante muy positivo.
Hay físicos que han desarrollado su tesis sobre el efecto botijo , como Gabriel Pinto.
Grandes arquitectos e ingenieros están basando sus proyectos en las caracteristicas del botijo en estos tiempos de cambio, para adecuarlos a propuestas mas ecológicas ya que son conscientes de que solo hay futuro unido a un desarrollo sostenible. Un ejemplo de ello es el pabellón de España en la Expo Zaragoza2008
También la cultura guanche es gran conocedora del aprovechamiento del agua por su escasez desde tiempos remotos utilizado la pita o destiladera canaria.
En España contamos con tres museos del botijo.
El Museo del Cantir en Argentona a sabido relacionar esta forma , su funcionamiento con toda la cultura del agua de los países mediterráneos con arte y contemporaneidad, vale la pena visitarlo y si lo hacéis coincidir con la feria que suele ser la primera semana de agosto disfrutareis de toda una variedad de actividades relacionadas con la cerámica y con el botijo o cántir como allí le llaman.
